Para poder afirmar que una construcción es sostenible, además de proceso, el entorno y la gestión de residuos, se podría decir que la parte más importante son los materiales empleados y su procedencia.

En este post vamos a nombrar alguno de los materiales de construcción más sostenibles e innovadores existentes actualmente, aunque algunos todavía no se comercialicen a nivel masivo.

     1. Bio-hormigón

 

Es conocido que a largo plazo, uno de los problemas más comunes del hormigón convencional, son las grietas provocadas por el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas entre otros, lo que puede poner en riesgo la estabilidad de la estructura del edificio.

Pues bien, este nuevo producto tiene la peculiaridad de albergar en su interior unas esporas vivas; bacterias y lactato de calcio, además de unas cápsulas de agua.

 

¿Cómo funciona?

 

Como si de un ser vivo se tratara, este tipo de hormigón se repara a sí mismo. Cuando se forman las primeras grietas, las cápsulas de agua se rompen y al entrar en contacto con las bacterias, estas “despiertan” y comienzan a alimentarse del lactato de calcio, secretando una piedra caliza reparando la grieta de forma permanente.

 

     2. Pintura solar

 

 

Este tipo de pintura tiene la capacidad de absorber vapor de agua para producir combustible de hidrógeno.

Es tan sencillo de aplicar como cualquier otra pintura, dándonos la posibilidad de pintar también puertas y paredes pudiendo utilizar mucho más espacio y por lo tanto, aprovechar mejor la luz solar y el vapor de agua ambiental.

 

¿Cómo funciona?

 

La pintura absorbe la luz del sol y produce combustible de hidrógeno a partir de la energía solar y la humedad del aire. Se fabrica con una combinación de nanopartículas de óxido de titanio con una variante de disulfuro de molibdeno sintético.  El disulfuro de molibdeno sintético capta el vapor de agua presente en la atmósfera y lo condensa. La pintura favorece su descomposición en moléculas de oxígeno e hidrógeno. Este se recolecta para ser utilizado como combustible en celdas electroquímicas o en motores.

 

     3. Ladrillos de enfriamiento pasivo

 

 

Es un nuevo tipo de ladrillo que combina la cerámica tradicional con un hidrogel. Permite reducir la temperatura del interior de un edificio hasta 6ºC.

Pese a la aparente sencillez de este tipo de ladrillo (solo consta de cerámica, hidrogel y tela), sus aplicaciones pueden mejorar notablemente la sensación de confort en el interior de un edificio, aumentando la humedad relativa ambiental.

 

¿Cómo funciona?

 

La lámina de cerámica que recubre el exterior tiene unas perforaciones con relieve con forma de cráter que permite la entrada de agua hacia el interior del ladrillo.

Cuando el agua entra por los poros de la cerámica alcanza la tela, donde están dispuestas las partículas de hidrogel. La tela se encarga de distribuir el agua por todas las partículas para facilitar su retención.

Cuando aumenta la temperatura exterior, el agua retenida por las partículas de gel se evapora, permitiendo así el enfriamiento pasivo.

 

Estos son solo algunos de los materiales más innovadores para conseguir una construcción más sostenible, aunque hay infinidad de nuevos materiales y procesos que os iremos contando en este blog.